- En el año de 1880 en Yutanino había un hombre llamado
Aniceto López, descendiente de raza mestiza, quien era muy rico pero no tuvo
hijos y al no tener en qué gastar su dinero, lo enterró en un lugar llamado El
Pedregal. Y así pasó el tiempo, pero un día, cuando don Aniceto iba al entierro
de una señora, al pasar por un arroyo la corriente lo arrastró llevándolo al
crecido río, el cual lo golpeteó en una creciente de 500 metros hasta que las
mismas aguas lo orillaron inconsciente. Tiempo después murió sin dejar
testamento. Y se cuenta que desde ese momento alguien empezó a llorar en el
lugar donde enterró su dinero. Ahora, a ese paraje, donde enterró su dinero, se
le llama El Pedregal de la Llorona.
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Este es el cerro de la laguna que con sus zumbidos nos anuncia el paso de un huracán en nuestras costas y que lloverá por muchos días. |
4. Los ancianos del pueblo cuentan que hace muchos años,
cuando había poca gente y mucho ganado, en un lugar llamado Hondura de Toro
salía un toro negro y estaba encantado, y que por las noches cuando salía se
apareaba con las vacas que estaban en ese lugar y luego de algunos meses, las
vacas parían becerros negros.
5. Algunos señores cuentan que los venados que mataban los
cazadores estaban grabados con la marca del ganado que hay en el lugar y que
tienen dueño pero nadie sabe quién lo hace.
6. Hay un lugar donde toda una familia veía luces que
pasaban. Era muy grande el espacio iluminado, y con tanta intensidad que
parecía luz eléctrica, no obstante, de día sólo se veían las montañas y, por
supuesto, sin rastro de nada.
7. Cuentan que en la Revolución el grupo zapatista del
pueblo de Santa Catarina Cuanana, pueblo vecino, toma prisionero al agente
municipal de Yutanino y el día que va a ser fusilado se aparece San Sebastián
en el cerro que está enfrente del pueblo, como un capitán contando con muchos
soldados, entonces todos los de Cuanana
huyen dejando en libertad al prisionero. Dicen que San Sebastián lo fue a
saludar, y Yutanino lo recuerda como una hazaña milagrosa.
Por todo lo anterior y como final de esta breve
monografía, te invito a que conozcas todos estos lugares y de otros que no
están enumerados, tales como La Cueva del Resplandor, La Cueva del
Palacio, El Cerro de la Laguna, La Cueva
del Chivato, La Cueva del Cuartel, Chorro Blanco y las ruinas de nuestros
antepasados ubicadas en las faldas del Cerro de Tres Cabezas.
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